Crezcamos en virtud!

La hermana Capuchina toma las virtudes evangélicas:

1) ante todo la caridad, reina y compendio de todas; de cada una de nosotras se debería poder decir aquello que del P. Fundador decía su mama: “Si a mí Francisco se le abriese el corazón, se encontraría escrita la palabra CARITAS”;

2) sigue en importancia la humildad, fundamento de todas, característica central de nuestro instituto según el testamento del mismo Fundador;

3) van luego unidas la pobreza, la simplicidad y la alegría, no solamente como virtudes ascéticas internas, sino más todavía como estilo de vida y de acción entre la gente;

4) llena de caridad, humilde, pobre, sencilla, alegre, la capuchina del S. Corazón se entrega al servicio de todos aquellos que la necesiten: nuestro instituto no se define por las obras o instituciones que promueve, sino por el estilo de su servicio;

5) sus preferencias están entre los pequeños, los débiles, los marginados, como pobre entre los pobres;

6) su mensaje es de paz, de bondad, de reconciliación, de gozo.

Con motivo de nuestros 120 años de HERMANAS CAPUCHINAS DEL SAGRADO CORAZÓN, recordaba mi época de noviciado y encontré estos puntos que escribí en esos años, a la fecha llevo 16 años de conocer nuestro carisma de manera práctica, a través de lo que vivo cada día con mis hermanas, lo traigo de nuevo para hacer de nuestra consagración como capuchinas; una celebración continua con nuestra manera de estar en el mundo tan desajustado hoy, puesto que se hace más urgente nuestra presencia entre nosotras mismas y con quienes trabajamos.

Dios las guarde mis hermanas de sangre cristiana. 

                                                           Hna. Luz Esperanza :)