Medellín: El pasado 17 de septiembre, hemos tenido la oportunidad de festejar nuestras bodas de plata en nuestra parroquia Santa Ana; fue un momento de mucha conmoción, pues es un revivir ese primer instante en el cual el Señor, en su infinita misericordia, nos llamó para estar con Él.
Han sido 25 años en los cuales hemos podido experimentar el gran amor y la inmensa misericordia de ese Dios que nos llamó a su servicio.
Sólo nos queda por decir: Gracias Dios... gracias hermanas Capuchinas del Sagrado Corazón por la acogida y por hacernos sentir sus hermanas en Cristo Jesús. Gracias a nuestras familias, amigos y conocidos.
Dios nos siga acompañando en este caminar y nos done la fortaleza para seguir adelante a pesar de nuestras grandes imperfecciones.
Unidas en Jesús:
Hnas. Bernarda y Leonor